Jalisco y la Reforma sobre Infancias Trans: Un peligro para los Niños y un ataque a la Familia
- Francisco M. Sánchez Jáuregui
- 17 feb
- 4 Min. de lectura
Más allá de las consecuencias médicas y psicológicas, este tipo de reformas dejan a los niños en una situación de extrema vulnerabilidad ante intereses criminales, incluyendo redes de trata de personas y pedofilia. Permitir que menores de edad cambien su identidad legal sin la presencia y el acompañamiento de sus padres, bastando un documento firmado, abre la puerta a que redes de trata y explotación infantil manipulen a los niños

17 de febrero de 2025.- La reciente aprobación en comisiones del Congreso de Jalisco de una reforma a la Ley del Registro Civil, que permite a menores de edad modificar su acta de nacimiento para reflejar su identidad de género autopercibida, merece una llamada de atención a toda la sociedad. Aunque se presenta como una simple reforma administrativa, la realidad es que abre la puerta a cambios más radicales, como la legalización de tratamientos médicos irreversibles en menores de edad y la imposición de una agenda ideológica que ignora el derecho de los padres.
Durante la sesión del 12 de febrero de 2025, se rechazó la propuesta de realizar una consulta pública sobre esta reforma. La diputada de MORENA, Brenda Carrera, presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos y Reglamentos, propuso la realización de foros ciudadanos para incluir a padres de familia y expertos en desarrollo infantil en la discusión. Pero su propuesta fue ignorada, dejando fuera del debate a la sociedad jalisciense. Esto no es un detalle menor. Al no abrir el debate a expertos en psiquiatría infantil, psicología, pediatría y derecho familiar, se impone una reforma con consecuencias graves y a largo plazo.
Lejos de ser un avance en derechos, este tipo de políticas han sido revertidas en países que antes las implementaron:
Reino Unido: En 2022, tras la publicación del informe Cass, el gobierno británico ordenó el cierre de la Clínica Tavistock, el centro más grande de tratamientos para menores trans, al descubrir que los niños recibían bloqueadores hormonales sin una evaluación psicológica adecuada. Se descubrió que **el 80% de los niños con disforia de género desistían de su transición en la adultez.
Suecia y Finlandia: Suspendieron los tratamientos de hormonización en menores tras comprobar que los efectos adversos eran mayores que los beneficios. Hoy, estos países han vuelto a un enfoque basado en terapia psicológica, no en tratamientos médicos invasivos.
España: Recientemente, políticos han justificado que los niños deben explorar su sexualidad sin que los adultos impongan límites, lo que ha generado críticas y alertas sobre la normalización de la corrupción de menores.
Estos países, que fueron pioneros en la promoción de cambios de identidad en menores, hoy reconocen que se cometieron errores irreversibles.
Más allá de las consecuencias médicas y psicológicas, este tipo de reformas dejan a los niños en una situación de extrema vulnerabilidad ante intereses criminales, incluyendo redes de trata de personas y pedofilia. Permitir que menores de edad cambien su identidad legal sin la presencia y el acompañamiento de sus padres, bastando un documento firmado, abre la puerta a que redes de trata y explotación infantil manipulen a los niños. Un menor que pueda cambiar su nombre y género en documentos oficiales sin control parental es un menor que puede ser más fácilmente captado y desaparecido por criminales sin dejar rastro.
Con estas reformas, se desmorona un principio básico de protección infantil, dejando a los niños más expuestos a ser instrumentalizados por adultos con intenciones perversas.
La imposición de una visión que prioriza la autonomía de los menores en temas de identidad puede ser utilizada para más adelante justificar relaciones impropias entre adultos y niños, como ya ha sucedido en países donde este tipo de legislaciones han avanzado sin restricciones. En España, políticos han argumentado que “los niños tienen derecho a experimentar su sexualidad con adultos", una postura que ha sido duramente criticada pero que encuentra respaldo en leyes de identidad de género sin límites de edad.
Hasta antes de la reforma administrativa impulsada por Enrique Alfaro, el reconocimiento legal de un niño estaba ligado a la supervisión parental y la autoridad de la familia. Con estas reformas, se desmorona un principio básico de protección infantil, dejando a los niños más expuestos a ser instrumentalizados por adultos con intenciones perversas.
Que el Congreso de Jalisco haya decidido legislar sin consultar a las familias ni a expertos en desarrollo infantil, sin abrir el debate a la sociedad y sin considerar los riesgos de estas políticas, demuestra que se está impulsando una agenda ideológica sin evaluar sus consecuencias reales.
No se puede hablar de una reforma en favor de los niños cuando:
Se les separa de la protección de sus padres.
Se abre la puerta a que adultos con intereses criminales manipulen su identidad.
Se ignora el peligro de las redes de trata y abuso sexual.
Desde Libres, creemos que Jalisco necesita una legislación que realmente vele por el bienestar de los menores, y no solo atienda a intereses políticos e ideológicos. Para ello, proponemos:
Consulta pública y parlamento abierto: Ninguna reforma sobre la infancia debe aprobarse sin escuchar a padres de familia, especialistas en psicología infantil y seguridad pública.
Fortalecimiento del derecho de los padres: La autoridad de la familia debe ser reconocida como el primer garante del bienestar infantil. El Estado no puede suplantar el papel de los padres.
Blindaje legal contra la trata y la corrupción de menores: Toda reforma sobre identidad infantil debe incluir candados legales que impidan que redes criminales utilicen el cambio de identidad de menores para explotarlos y hacerlos desaparecer.
Esta reforma no es solo un error político amparado por MORENA y Movimiento Ciudadano, es un ataque directo a la seguridad y el bienestar de la infancia. Al ignorar el papel de los padres y abrir la puerta a la manipulación de menores, se está normalizando la vulnerabilidad infantil frente a intereses criminales.
Es urgente que la sociedad jalisciense se una para exigir que este proceso legislativo sea detenido y revisado a fondo. La protección de nuestros niños no puede ser sacrificada por la obstinación de políticos ideologizados y atrapados en los errores de la época.
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